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Aunque varía en apariencia porque proviene de diferentes tipos de pasto, para que sea considerado de buena calidad, el forraje debe presentar algunas características. Desde Foodco, especialistas en alimentación animal, te contamos un poco más.
Mucha hoja: ya que las hojas contienen alrededor del 90%. Los mejores fardos son los que tienen poco tallo y muchos brotes grandes.
Color: en general, debe ser de un tono verde claro a mediano para las pasturas y verde oscuro para la alfalfa. Puede que se haya secado al sol y sea algo amarillo, pero un exceso nos indica que contiene menos fibra digerible.
Aroma: un forraje de calidad huele fresco y levemente dulce. Olores fuertes, ácidos o mohosos son señales de hongos u otros factores que afectan la calidad.
Textura: si tomamos u puñado, debe sentirse suave y flexible; si la pastura es áspera, no es de calidad.
Peso: Los fardos de buena calidad son livianos y esponjosos.
Pureza: debe contener poca maleza y limpio de objetos extraños, como palo, alambre o insectos muertos.
