La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomendó «desmantelar gradualmente los subsidios agrícolas hasta llegar a eliminarlos», porque inciden en los precios, reveló un informe anual publicado por la organización.
El nucleamiento estimó que esos subsidios representaron el 19,2% de sus ingresos brutos en 2018, frente al 17,7% en 2017 y en el caso de la Unión Europea (UE), las ayudas representaron el 20,03% de los ingresos de los agricultores, frente al 19,12% en 2017, indicó la OCDE en el documento que reprodujo la agencia de noticias EFE.
En los Estados Unidos el incremento en términos relativos fue todavía más pronunciado, aunque el peso de las ayudas es menor: se pasó del 8,64% en 2017 al 12,21% en 2018. Los porcentajes más elevados se registraron en Noruega (62,36% en 2018 frente a 59,87% en 2017), Islandia (58,58% frente a 59,23%) y Corea del Sur (55,14% contra 51,93%).
En Colombia, que está en proceso de integración en la OCDE, las subvenciones tuvieron una progresión importante, del 10,58% de los ingresos en 2017 al 13,87% el ejercicio siguiente. México es uno de los países del conocido como el «Club de los países más desarrollados» con un bajo nivel de ayudas: 8,07% en 2018 tras el 7,81% en 2017.
Por su parte, las ayudas en Brasil representaron únicamente un 1,49% en 2018 y un 2,41% en 2017. El incremento interanual, de 1,5 puntos porcentuales, puso en evidencia que las reformas para disminuir su peso se paralizaron o, incluso, se invirtieron.
Como contrapartida, la Argentina está en el grupo de países donde los agricultores no sólo no reciben subsidios, sino que sufren gravámenes que en 2018 alcanzaron el 21,16% de sus ingresos, tras el 8,98% registrado en 2017.
Del total de 705.000 millones de dólares en ayudas públicas para el sector agrícola recibidas anualmente durante el periodo 2016-2018 en los 53 países del estudio, 528.000 millones fueron directamente a los agricultores.
Para la OCDE, casi el 70% de esas transferencias lo son con medidas que distorsionan el mercado, sobre todo porque crean diferencias entre los precios internacionales y los del interior de muchos países. Por eso una de sus principales recomendaciones es desmantelar «gradualmente» esas ayudas que inciden en los precios para llegar a suprimirlas.