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Un ordeño exitoso no se refiere extraer la mayor cantidad de leche de la ubre de la vaca. El ordeño será exitoso cuando se extraiga la leche y esta mantenga sus características sanitarias y nutritivas procurando siempre el bienestar y seguridad de los ordeñadores y las vacas. Para lograr esto hay actividades básicas muy sencillas de realizar.
1.- Vacas tranquilas: Hay que entender dos cosas cuando manejamos vacas lecheras. La primera, la adrenalina bloquea la bajada de la leche, por lo que si ponemos nerviosas a las vacas, esta hormona será segregada y no les bajaremos la leche. Las vacas lecheras son animales de rutina, aman la rutina, entre menos se la cambiemos habrán menos factores causantes de estrés. La segunda, la bajada de la leche está controlada por otra hormona llamada Oxitocina. Una vaca que se encuentra cómoda segregará oxitocina a su torrente sanguíneo y comenzará la bajada de la leche. Es de suma importancia no estresar a las vacas al menos 30 min previos a su ordeña.
Si no manejamos bien a las vacas, les pegamos y les gritamos no bajarán la leche, lo que representa menos litros que van al tanque y menos pesos que vienen a nuestras bolsas. Y por si fuera poco, tendremos que recurrir a aplicaciones externas de oxitocina para que aunque la vaca esté estresada baje la leche, pero eso implica costos tanto de la hormona como de las agujas y jeringas.
2.- Limpieza de la ubre: En los establos lecheros se preocupan mucho por el tipo de cama que le ponen en los echaderos para evitar que las ubres se enloden y llenen de estiércol. Sin embargo, la mayoría de lecherías en el trópico son bajo pastoreo, por lo que es imposible hacer prácticas para que no se ensucien las ubres de nuestras vacas, por lo que tenemos que enfocarnos en nuestro método de limpieza de las ubres.
La mayoría de ganaderos lavan por completo la ubre de su vaca, con agua o un trapo húmedo. Hay muchos ganaderos que no secan la ubre e inmediatamente conectan la unidad de ordeño; esto es un grave error. Al dejar la ubre mojada aumentamos el riesgo que la leche se contamine, bajándole su calidad sanitaria, y también aumentamos el riesgo que nuestra vaca contraiga mastitis. Entonces, es importante lavar, pero también secar y de preferencia con toallas de papel para utilizarlas una sola vez y evitar contagiar una vaca con las bacterias de la anterior.
Ahora bien, como se mencionó antes, la mayoría lava por completo la ubre; esto no es un error pero no es por completo recomendable. El lavado debe hacerse únicamente al pezón, debemos dejar el área de contacto con la unidad de ordeño totalmente limpia y seca para reducir los riesgos de contaminación y de mastitis.
Normalmente se utilizan productos con yodo para realizar la desinfección, otros utilizan solamente jabón, algunos agua. Cualquiera que se utilice es mejor a no utilizar nada pero también hay que tener en cuenta el producto que se utilice para no irritar la piel del pezón y evitar cuarteaduras que solo generarán dolor en la vaca y estrés, negando la bajada de la leche.
3.- Grupos de vacas con y sin mastitis: Se recomienda dividir nuestro hato lechero en dos grupos, aquellas vacas sanas, sin problemas en las ubres y otro con las vacas que han sido detectadas con mastitis clínica y subclínica. De nuevo, en los establos lecheros es muy fácil hacerlo pues simplemente se cambia de corral la vaca enferma y se regresa al grupo sano cuando termina su tratamiento. Pero en sistemas de pastoreo es un poco más complicado, por lo que tenemos que recurrir a métodos de identificación muy eficientes.
Las vacas con mastitis tienen que pasar al último de todo el lote. Se hace esto con el fin de evitar contagiar a las demás vacas sanas y también para no meter esa leche contaminada al termo. La identificación de estas vacas debe ser removida hasta que termine el “tiempo de retiro” que cause el antibiótico que se utilice ya que esta leche no debe ser utilizada para consumo humano, debe ser desechada. Hay quienes dan esta leche con antibiótico a los becerros, sin embargo nosotros no lo recomendamos.
¡LECHE CON MASTITIS Y ANTIBIÓTICOS NO ENTRA AL TERMO!
4.- Rutina consistente: Como se mencionó antes, las vacas son aficionadas a la rutina. Si constantemente estamos cambiando la rutina de ordeño y de preparación de ordeño, las vacas nos darán menos leche. Hay estudios en los que se ha concluido que hay una diferencia de 5.5% en la producción por lactancia entre rutinas consistentes y rutinas variables, siendo mayor obviamente con las rutinas consistentes.
5.- Colocación de la unidad de ordeño: La unidad de ordeño o pezonera debe ser colocada en el primer minuto y medio desde que iniciamos la estimulación o bien desde que la vaca entró al cajón de ordeño. El porqué de esto radica en la acción de la oxitocina. Esta hormona deja de trabajar muy rápido, si colocamos la unidad de ordeño muy tarde, la vaca dejará de bajar la leche y se irá al potrero con las ubres a medio vaciar. Esa leche que no sacamos en una ordeña no nos la va a dar en la siguiente, entonces estamos perdiendo dinero.
La forma de colocar la pezonera también tiene mucho que ver. En los hatos lecheros en el trópico encontramos muchos hatos, si no la mayoría, de ganado hibridado con razas cebuinas, con pezones grandes. Debemos tener el cuidado de comprar las pezoneras correctas para el tamaño de pezón de nuestras vacas. Si compramos pezoneras pequeñas, hechas para vacas holandesas y utilizadas en vacas hibridadas, el pezón no entrará por completo en la unidad y el masaje de ordeño será muy pobre por lo que el trabajo de la ordeñadora no servirá. Es muy común ver en ranchos que una vez que retiran la unidad, el vaquero se sienta a “descargarla” porque siempre le queda bastante leche que la ordeñadora no logra sacar y lo primero que hacemos es echarle la culpa a la máquina. Es nuestra culpa por no comprar las piezas adecuadas. Entonces, el pezón debe entrar casi por completo a la unidad y recto, que no se doble, si no no saldrá leche y causaremos grandes daños a los pezones de nuestras vacas.
6.- Retiro de la unidad de ordeño: Ya colocamos la unidad, ya ordeñamos la vaca, ahora debemos retirarla. Se dice que la vaca ya se ordeñó cuando ya se le sacó toda la leche disponible. Cuando esta no es extraída por completo se le llama “subordeño”, o bien, que la vaca no ha sido ordeñada. Sin embargo no solo hay subordeño, también hay “sobreordeño”. El subordeño nos causa reducciones en nuestros ingresos pues tenemos menos leche para vender. El sobreordeño es peor aún, pues este causará daños irreversibles en el esfínter del pezón, aumentando los riesgos de mastitis en nuestras vacas.
Para evitar este sobreordeño, debemos constantemente monitorear el flujo de leche en nuestra unidad y retirarlo cuando el flujo ya sea mínimo y no esperar mucho tiempo. Para retirar la unidad de ordeño o pezoneras, la válvula de vacío debe ser cerrada antes de jalar la unidad de la ubre. Si no cerramos el vacío y jalamos la unidad dañaremos los pezones. Cuidemos la ubre de nuestras vacas, una vaca sin ubres no nos sirve para nada.
7.- Post-ordeño: Ya para terminar, hay varias actividades, estas son el sellado y los siguientes 30 minutos después de ordeñadas. Los ranchos que utilizan becerros al pie y dejan al becerro con la vaca después del ordeño no necesitan sellar los pezones con productos especiales. La saliva de los becerros es antiséptica por lo que es el mejor producto para evitar que la vaca contraiga mastitis. Sin embargo, hay muchos ranchos que utilizan la crianza artificial y no hay contacto vaca-becerro. Esos ranchos debe utilizar productos selladores que simulen la acción de la saliva del becerro. Son básicamente tres características las necesarias. La primera es que debe ser un producto antiséptico que elimine cualquier bacteria que pueda haber llegado a la ubre durante y después del ordeño. La segunda característica es que debe ser un producto con cierta “viscosidad” para funcionar como barrera física a las bacterias. Y la tercera es que debe ser un producto suave y que humecte y proteja la piel del pezón para evitar cuarteaduras en estos.
Ahora, después del sellado la vaca sale de la sala de ordeño. Es ahí cuando debemos procurar que no se echen y se mantengan paradas al menos 30 minutos posterior al ordeño. La razón radica en que el esfínter del pezón tarda esos 30 minutos para cerrarse y evitar la entrada de bacterias. Además, los corrales son los lugares más contaminados en los ranchos por lo que el riesgo de contraer mastitis es muy alto.
Listo compañeros lecheros, sigan estas prácticas básicas en su rutina de ordeño y tendrán vacas contentas, sanas y una leche muy nutritiva. Feliz ordeña.
Ing. Daniel Suárez Castillo.
