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El stock se redujo en apenas 100 mil cabezas cuando en los dos años anteriores habían caído en 1,5 millones. La mayor baja se dio en vacas, categoría que representa el 40% del total. Los datos de Corrientes no incluye las pérdidas por la sequía e incendios recientes.
A diciembre de 2021 había 53,4 millones de vacunos en la Argentina, sólo 100 mil menos interanual, tras dos años en que se había acumulado una disminución de 1,5 millones.
Esto surge de la estimación que hacen el SENASA y el Ministerio de Agricultura, con una metodología consistente y que permite tener una serie comparable, que arrancó en 2007, justo antes de la histórica liquidación.
Mínimos cambios en el año
El virtual empate entre ambos años es consecuencia de las caídas de 1% para las vacas, categoría más numerosa del rodeo, con más del 40% del total; del 2% en novillitos; y 8% en toros. Como contrapartida, hubo aumentos en novillos (3%), terneros (1%, igual para cada sexo) y MEJ (10%).
En grandes números, los cambios no son significativos.
En cuanto a la localización, de las 11 provincias con más de un millón de cabezas, seis aumentaron su stock, cuatro lo bajaron y una lo mantuvo.
Salta lo aumentó en 1%; Córdoba, Formosa y San Luis en 2%; y La Pampa y Santa Fe, en 3%.
En Chaco se mantuvieron los números.
Y se observaron bajas interanuales en Buenos Aires, Corrientes y Entre Ríos (2%) y en Santiago del Estero (3%).
Todos cambios muy módicos de los que es difícil sacar una conclusión tajante. Hay que tener presente que las existencias de Corrientes están estimadas antes de la furia de la sequía y los incendios de este año.
La conclusión principal, con respecto a 2021, pese a la disminución de la faena en el año y a los muy buenos precios reinantes es que el stock no llegó a crecer.
La contracara, es que, pese a las medidas adoptadas por el gobierno para limitar las exportaciones, como medio para bajar precios de hacienda y carne, tampoco se amilanó a los productores para ir a una liquidación. Al menos no hasta ahora.
Todo el mundo tiene presente, más o menos, la película con la evolución del stock: una liquidación histórica del 20% en 2008-2009, cuando una sequía mayúscula se sumó a muy malas políticas, y una posterior recuperación gradual, que no siguió un camino lineal, sino que tuvo oscilaciones, cuyo saldo fue aumentar la mitad de lo que se había perdido.
Pero ni la pérdida ni la recuperación parcial fueron parejas en cuanto a regiones ni a categorías de ganado.
Volviendo a las 11 provincias con más de un millón de animales, sólo dos superan hoy al nivel de 2007: Salta, con un destacable aumento del 28% en estos 14 años, y Santiago del Estero, con 13%. https://static.airserve.net/marel/metas/www-valorcarne-com-ar-468×60/manifest.html
Las otras nueve no han alcanzado las existencias de aquel momento. En orden decreciente, Entre Ríos está 4% por debajo, San Luis 6% y Buenos Aires, 7%.
El resto muestra caídas de dos dígitos: Chaco, 11%, Santa Fe, La Pampa y Formosa, 14, Corrientes, 16 y Córdoba 18%.
La segunda y la tercera provincias en rodeos observan unas de las caídas más fuertes entre las más importantes.
Cambios en la composición del inventario
Pero los cambios más relevantes tienen que ver con las categorías y no con la ubicación espacial.
Hoy, la cantidad de vacas y de terneros (ambos sexos) es muy similar a la de pre-liquidación.
Hay 3% menos de vacas que en 2007 (en 2018 habían alcanzado a superar esa base) y hay 1% más de terneros (en 2019 alcanzaron la cota de +5%).
Entre paréntesis, hay una muy pequeña mejora en la productividad, en este caso el porcentaje de destete, aunque muy pequeña para una década y media.
Desde 2007, la liquidación de vacas se extendió hasta 2010, cuando alcanzó un mínimo de 85 (en relación al 100 de la base) y desde ahí comenzó a crecer hasta la completa recuperación.En el caso del total de terneros sucedió algo similar, cayó en 2008 y en 2009 hasta un 20% por debajo de la base y luego se recuperaron a un ritmo más dinámico que el de las vacas.
Las vaquillonas hicieron un dibujo parecido, caídas en dos años hasta un 12% -más suave que la de vacas y terneros- pero desde allí no han crecido, se mantuvieron alrededor de un eje 9% inferior a 2007, hasta la actualidad.
El gran cambio se da en las categorías de machos productores de carne, novillitos y novillos.
La suma de ambas categorías tuvo una declinación incesante desde 2008 hasta 2013, cuando llegó a una pérdida del 30-35%. Desde ahí se mantuvo oscilando en los mismos niveles, como se puede apreciar en el gráfico siguiente.
La caída de los novillitos es de alrededor del 25% mientras que la de los novillos la dobla, 50%.
A nuestro modo de ver, éste es el principal problema de la ganadería a los efectos de la producción de carne.
Temas a analizar
Una conclusión derivada de esto es que ha de haber una mejora en la eficiencia en algún punto que permite que, con similar cantidad de vacas, terneros y vaquillonas pero con muchos menos machos jóvenes y adultos, estemos produciendo la misma cantidad de carne.
Este es un desafío analítico que resta por develar.
