La suba del dólar de los últimos días se siente con fuerza en la cadena agroindustrial argentina. En este escenario, la lechería sufre el impacto de una serie de variables que recortan cada vez más su rentabilidad. A la disparada de la divisa norteamericana, se deben sumar el fuerte aumento en el precio del maíz, la suba en combustibles y la fuerte presión impositiva, entre otros ítems.
“En mayo de 2015 se inicia un desfasaje de los insumos con respecto a la leche, situación que continuó por 24 meses hasta abril 2017, cuando empezó una recuperación del precio de la materia prima”, señaló Andrea Passerini, coordinadora de lechería de CARBAP.
Tras un breve período en donde el precio exhibió una leve mejora, la directiva señaló que desde enero 2018, estas variables se dispararon otra vez, pero con una mayor intensidad. “Para alcanzar un punto de equilibrio frente al incremento de los insumos, el punto de equilibrio sería de 9 pesos por litro, equivalente a 30 centavos de dólar”, analizó.
La suba en el valor de la divisa norteamericana alteró el ritmo de una actividad que vive en un constante sobresalto. En el caso de la lechería, y de acuerdo al sitio especializado Dairylando.com, un 67% de los costos productivos son en esa moneda. Pero este no es el único aumento, y agregaron que se deben sumar el incremento del alimento balanceado, con un 80% en maíz y 20% en pellet de soja y el sostenido aumento del gasoil, que representa un 17% de los costos de producción.
Un dato a tener en cuenta es que este análisis está elaborado en base a precios del mes de mayo. “El mes pasado empeoraron todas las variables y esta foto, que es mala, en junio es mucho peor”, advirtió Passerini. En esta sintonía, desde Dairylando.com sostuvieron que “a partir de enero 2018, los costos de producir leche comienzan una escalada notoria hundiendo a la producción en un desfasaje no observada anteriormente en toda la serie”.
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