El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que presenta cuatro serotipos principales (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4). Si una persona que ya tuvo dengue se infecta con otro serotipo, aumenta el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, como el dengue hemorrágico. Aunque los casos han aumentado a nivel mundial, actualmente no existen tratamientos antivirales efectivos y accesibles.
En este contexto, investigadores del CONICET, pertenecientes al INICSA (UNC) y al INBIAS (UNRC), estudiaron el tegumento del maní, una piel roja que queda como subproducto industrial en la provincia de Córdoba, conocida por sus propiedades antioxidantes y antivirales. Sus resultados, publicados en la revista Plants, muestran que este extracto inhibe al 100% el serotipo DENV-2 en cultivos celulares, incluso a bajas concentraciones, y actúa en todas las etapas del ciclo viral: adsorción, penetración y replicación.
A diferencia del extracto de semilla de maní, que mostró poca efectividad, el tegumento contiene polifenoles y proantocianidinas, moléculas responsables de su potente actividad antiviral. Además, se demostró que el compuesto puede ser utilizado tanto como tratamiento para personas infectadas como preventivo, al impedir que las células se infecten si es aplicado previamente.
Este avance representa una oportunidad para desarrollar tratamientos naturales, económicos y sostenibles, con base en un residuo que puede ser revalorizado.
El equipo de investigadores del CONICET busca colaboraciones con la industria para desarrollar aplicaciones del extracto de tegumento de maní, aprovechando su potencia antiviral y su naturaleza económica y sostenible. Según Elio Soria, coautor del estudio, en fitomedicina no siempre es necesario aislar un compuesto puro, ya que las mezclas de moléculas pueden ser más efectivas y accesibles, una ventaja clave para países de bajos recursos.
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Para su uso en humanos, trabajan en formulaciones que optimicen la absorción y biodisponibilidad mediante nanotecnología, desarrollando vesículas que estabilicen y transporten los compuestos activos. Además, estudian su potencial como inmunomodulador para mitigar la inflamación causada por el dengue, especialmente en infecciones secundarias, y como ingrediente en alimentos funcionales o suplementos dietarios.
El proyecto se centra en la sostenibilidad, utilizando métodos de extracción ecológicos y materiales económicos disponibles en Argentina, minimizando el impacto ambiental y la dependencia de importaciones.
Fuente: Todo Mani
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