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Los delegados gremiales del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) anunciaron un cese de tareas por 96 horas, que se extenderá hasta el viernes 2 de febrero. La medida, impulsada por ATE, se origina en un foco de conflicto generado en los frigoríficos de Ciclo II y III, en los cuales el personal del organismo encargado de los controles sanitarios será reemplazado por trabajadores tercerizados.
Desde el gremio denuncian «el retiro de los servicios de inspección veterinaria de los establecimientos Ciclo II y III, lo que dejó sin funciones a más de mil empleados para aplicar la figura de Directores Técnicos Privados en todos los lugares en los que se produce y elabora alimentos de origen animal y vegetal», señalaron desde la Mesa de Coordinación Nacional de ATE SENASA mediante un comunicado.
En el programa Mercadovisión, que se emite por la pantalla de Canal Rural, la secretaria gremial de ATE-SENASA Carina Maloberti explicó que este cambio en los controles sanitarios en los frigoríficos se anuncia a partir del 20 de febrero, en el marco de los 130 despidos que se registraron en el organismo, que afectó a la producción citrícola en NOA y NEA. “Retiran a veterinarios y anuncian la figura de un Director Técnico, que debería ser contratado por el establecimiento”, destacó.
En este sentido, la delegada estimó que esta situación “traerá consecuencias al empleo privado, son costos que se le suman al empresario, y ante cualquier problema, la responsabilidad penal caerá sobre los empresarios”.
Los gremialistas de SENASA denuncian traspaso de controles sanitarios a manos privadas en producción citrícola, vitivinícola, algodón y ahora en frigoríficos de consumo interno. Además, advierten sobre un tema sensible para el interior productivo argentino: la desaparición de oficinas del organismo en el norte argentino y en provincia de Buenos Aires, que podría generar inconvenientes en el servicio de tránsito animal.
Con respecto al impacto de la medida de fuerza, Maloberti sostuvo que uno de sus efectos se percibirá en la “merma de certificaciones de consumo interno para frigorífico”. Cabe recordar que esta situación se desarrolla en un escenario de repunte de la actividad ganadera y una mayor búsqueda de transparencia comercial, que incluye control de faena en todos los frigoríficos argentinos.
