Un DNU amenaza con modificar la estructura de gobierno del INTA, generando incertidumbre entre sus profesionales y poniendo en riesgo 70 años de políticas público-privadas de desarrollo e investigación para el sector agropecuario.
DE FRENTE AL CAMPO entrevistó a DANIEL FUNARO Director del INTA ANGUIL – y a ANDREA FIGUERUELO -INTA en el marco de la SITUACIÓN INSTITUCIONAL de cambios que vive el INTA.
INTA bajo la lupa: El impacto de los cambios propuestos en su gobernanza y el futuro de la investigación agropecuaria
En un contexto de profunda preocupación para el sector agropecuario, el programa De Frente al Campo, conducido por José María García Casarrota, recibió a Daniel Funaro, director del INTA Anguil, y a Andrea Figueruelo, investigadora del mismo organismo. El eje central de la entrevista giró en torno al DNU que, de ser implementado, modificaría sustancialmente la gobernanza del INTA, un pilar fundamental para la investigación y el desarrollo tecnológico en el campo argentino. Esta situación genera una gran incertidumbre en un organismo clave para el desarrollo del país, afectando la estabilidad laboral de sus profesionales y la continuidad de proyectos a largo plazo.
Daniel Funaro expresó la inquietud que atraviesa a la comunidad del INTA, señalando que el DNU «cambiaría la gobernanza del INTA y eso afectaría cómo nosotros nos vamos a desarrollar en el territorio». Durante 70 años, el INTA ha funcionado bajo un esquema público-privado, con un Consejo Directivo Nacional que se nutre de los Consejos Locales Asesores (CLA) de las agencias y de los consejos regionales. Este entramado federal permite que las demandas del sector productivo asciendan hasta la dirección nacional, ordenando las líneas de trabajo y la programática de los proyectos de investigación y extensión.
Funaro detalló que el esquema actual incluye la participación de las cuatro entidades de la mesa de enlace, ACREA (como un socio histórico) y las universidades con sus facultades de Agronomía y Veterinaria, además de la representación gubernamental. El DNU en cuestión dejaría fuera a universidades y ACREA, reduciendo el consejo directivo a cuatro integrantes de la mesa de enlace y cuatro del gobierno, con la posibilidad de desempate por parte del presidente del INTA (puesto por el gobierno). Esto, según Funaro, «no nos dejaría políticas a largo plazo en el desarrollo del territorio», sesgando el trabajo del instituto según el interés de cada gobierno de turno. El temor es que el INTA deje de ser un organismo técnico-científico para convertirse en una dirección con una marcada orientación política.
Remates Feria
Incertidumbre y continuidad de proyectos
Por su parte, Andrea Figueruelo, investigadora del INTA, profundizó en el impacto directo que estos cambios tendrían en los grupos de trabajo y en la incertidumbre del personal. Mencionó que, además de la modificación en la gobernanza, el DNU contempla «la posibilidad de una reestructuración del organismo a nivel de recursos humanos, que quizás es lo que más nos preocupa hoy». Subrayó el esfuerzo y los recursos que el INTA invierte en la formación de sus investigadores, extensionistas y personal técnico, un proceso que lleva «muchos años». Esta situación pone en jaque la continuidad de la «cartera de proyectos», la línea programática que define las investigaciones prioritarias de la institución.
«Somos una de las instituciones junto con universidades que tiene sobre el territorio una masa de datos muy importante que eso también nos ayuda, nos fortalece y engrandece las investigaciones.»
Un dato revelador aportado por Daniel Funaro fue la estabilidad en la planta de personal del INTA Anguil. A pesar del crecimiento exponencial de la demanda y la diversidad de temáticas en los últimos 20 años, la cantidad de empleados se mantuvo. «Hoy somos 128 personas», dijo Funaro, la misma cifra que hace dos décadas, con una proyección de achicamiento por jubilaciones. Esto desmiente la idea de una «superpoblación» en el organismo y resalta la necesidad de incorporar gente joven y con formación. Un profesional requiere de aproximadamente diez años de training para dar una respuesta de calidad. La territorialidad del INTA también peligra con el DNU, con la posible amenaza de cierre de agencias y la reducción de personal.
«El INTA tiene un presupuesto que no es el que se dice. Nosotros por más que digan es hay un presupuesto de 400.000 millones y que en la realidad que eso están los papeles pero lo que llega realmente y lo que nos da el Ministerio es el 50% de ese valor que alcanza para cubrir los sueldos y un poco de mantenimiento.»
La importancia de la colaboración público-privada y la inversión
Andrea Figueruelo enfatizó la importancia de los proyectos de investigación a largo plazo que se llevan a cabo en el INTA, algunos con décadas de datos y seguimiento en áreas como suelos, ganadería, forrajes y agricultura con siembra directa y protección vegetal. La vasta base de datos generada es fundamental para entender las problemáticas y proyectar el futuro del sector agropecuario, especialmente con la irrupción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.
Daniel Funaro también destacó la relevancia de los convenios del INTA con empresas privadas, tanto locales como nacionales e internacionales. Estos acuerdos no solo generan un flujo de dinero que suplementa el presupuesto del organismo (que, según Funaro, solo cubre sueldos y mantenimiento en un 50%), sino que también abren puertas a la capacitación de profesionales en el exterior y a la publicación de trabajos de calidad. Por cada peso invertido en el INTA, se multiplica por diez a nivel productivo, demostrando que no es un gasto, sino una inversión crucial para las economías regionales.
«Es una imposición que tiene que ser esto. Bueno y hoy se encontraron con esta situación que se lo terminaron imponiendo a las entidades donde sacaron a tres grupos importantes dentro de la institución que es el científico técnico agrónomo y veterinario como ACREA.»
Un llamado al diálogo y a la conciencia
Ambos entrevistados coincidieron en la necesidad de diálogo y negociación en un contexto de cambios, lamentando la imposición del DNU sin la participación de actores clave como el sector científico y ACREA. La estrategia de la dirección nacional del INTA ha cambiado en la última semana, habilitando a los directores regionales a exponer públicamente la situación, buscando generar conciencia sobre la importancia del INTA para la sociedad.
La discusión sobre el futuro del INTA no se trata de negar la necesidad de cambios, sino de asegurar que estos no comprometan la gobernanza público-privada que ha caracterizado al organismo durante 70 años, garantizando la calidad y la proyección de sus investigaciones en un sector tan vital como el agropecuario. Para seguir de cerca este importante debate y comprender en profundidad el rol del INTA en el desarrollo del campo, no te pierdas estas imperdibles agro entrevistas.
¡No te quedes afuera! Mira la entrevista completa y profundiza en el debate sobre el futuro del INTA y su impacto en el agro argentino. 🎥
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