La Niña: riesgos para la campaña agrícola y el clima argentino
La posible llegada de La Niña hacia fines de 2025 plantea un escenario desafiante para el agro argentino. Con lluvias por debajo del promedio en la Pampa Húmeda y temperaturas más elevadas, los cultivos como soja y maíz podrían enfrentar mayores riesgos productivos, además de una presión extra sobre la gestión del agua.
A nivel global, este fenómeno refuerza la necesidad de estrategias de adaptación frente a eventos climáticos cada vez más frecuentes. Para productores y gobiernos, anticiparse significa planificar siembras más eficientes, optimizar el riego y diseñar políticas de prevención frente a sequías e incendios.
Hay señales cada vez más claras de que un evento La Niña se puede manifestar antes de fin de año, y hay un aviso de vigilancia en curso. Descubre cómo este fenómeno afectará las lluvias en Argentina y el mundo.
os océanos regulan el clima terrestre al absorber el calor del sol y distribuirlo globalmente a través de las corrientes marinas, influyendo así en los patrones climáticos y las precipitaciones al interactuar con la atmósfera.
Supongamos que el océano Pacífico, el de mayor extensión de la Tierra, ya que ocupa un tercio de su superficie, tiene un termostato que a veces decide cambiar el clima global. Ese termostato se llama ENSO, o El Niño-Oscilación del Sur, y tiene dos modos principales: El Niño, que calienta las aguas, y La Niña, que las enfría.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) acaba de emitir un aviso de vigilancia porque el Pacífico está mostrando señales de enfriamiento, lo que podría traer un evento de La Niña de corta duración al final de la primavera y principios del verano del hemisferio sur.
¿Qué significa esto? Prepárate para un verano que podría ser más seco y caluroso de lo habitual en algunas regiones, incluyendo a nuestro país.
¿Qué es La Niña y qué significa el aviso de la NOAA?
La Niña ocurre cuando las aguas del Pacífico ecuatorial se enfrían más de lo normal, lo que altera los patrones de vientos y precipitaciones en todo el globo. Este fenómeno, que puede durar de unos meses a un par de años, afecta con déficit de precipitaciones en algunas regiones, y con excesos de lluvias en otros, afectando a las cosechas o aumentando el riesgo de inundaciones.

El aviso de NOAA no significa que La Niña ya está aquí, sino que las señales en el océano son lo suficientemente claras como para estar atentos. Los científicos han notado que las aguas del Pacífico están más frías, y los vientos alisios, esos que soplan de este a oeste en regiones ecuatoriales, están ganando fuerza. Esto provoca un fenómeno llamado “surgencia”, donde el agua fría de las profundidades sube a la superficie, refrescando el océano.
Según NOAA, hay un 41 % de probabilidad de que La Niña se forme entre octubre y diciembre de 2025, pero será breve, posiblemente desapareciendo hacia marzo de 2026.
Si estas condiciones persisten, podríamos entrar en una fase de La Niña débil a moderada entre septiembre y diciembre. Este aviso es como una alerta temprana para agricultores, gobiernos y todos nosotros. La Niña no es solo una curiosidad científica; sus efectos se sienten en la vida diaria. Por ejemplo, en Argentina, este fenómeno suele traer menos lluvias, lo que puede complicar la vida de los cultivos como la soja o el maíz.
Lo que pasa en el Pacífico, no queda en el Pacífico
Según NOAA, hay un 41 % de probabilidad de que La Niña se forme entre octubre y diciembre de 2025, pero será breve, posiblemente desapareciendo para marzo de 2026.

En Argentina, La Niña es sinónimo de preocupación para el sector agrícola. Históricamente, este fenómeno ha traído sequías o lluvias por debajo del promedio, especialmente en regiones clave como la Pampa Húmeda.
Esto puede significar menos agua para los cultivos y mayores riesgos de incendios forestales, además de temperaturas más altas que podrían intensificar las olas de calor en el verano 2026. Los productores ya deberían están atentos, ajustando sus planes de siembra y buscando formas de gestionar mejor el agua.
A nivel global, La Niña reorganiza los patrones climáticos como un director de orquesta indicando cuál instrumento debe sonar. En Norteamérica, el invierno 2025-2026 podría ser más frío y nevado en el norte, mientras que el sur de Estados Unidos y México tienden a ser más secos.
En Australia e Indonesia, las lluvias suelen aumentar, lo que puede ser una bendición para sus ecosistemas, pero también un riesgo de inundaciones. Estos cambios son parte del impacto de La Niña en la circulación atmosférica, que redistribuye el calor y la humedad por el planeta.

En síntesis, el aviso de La Niña de NOAA nos invita a prepararnos para un fin de año que podría ser más seco y cálido en Argentina, con impactos en la agricultura y la disponibilidad de agua. A nivel global, veremos un mosaico de impactos en el clima, desde lluvias abundantes en Asia hasta nevadas intensas en Norteamérica.
Aunque las previsiones a largo plazo no son infalibles, este aviso nos da una pista para planificar mejor. Así que, ya sea que estés regando un campo o planeando tus vacaciones, ¡mantente atento al Pacífico, porque este océano tiene mucho que decir sobre nuestro clima!
Referencia de la noticia
Climate Prediction Center / NCEP / NWS. El Niño / Southern Oscillation (ENSO) Diagnostic Discussion, 14 August 2025.
Fuente: Meteored Argentina
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