Juan Pedro Schiavetta, referente de Cabaña San Juan en Eduardo Castex, La Pampa, dialogó con «De Frente al Campo» para compartir los pilares de su sistema de producción Aberdeen Angus, destacando la robustez de sus reproductores y la venta directa a productores.
Ubicada al norte de Eduardo Castex, en el kilómetro 418 de la Ruta 35, la Cabaña San Juan Aberdeen Angus de la familia Schiavetta se consolida como un referente en la producción de genética bovina. Juan Pedro Schiavetta, quien recibió al equipo de «De Frente al Campo», brindó detalles sobre la historia, el manejo y la filosofía que rigen este establecimiento mixto, dedicado tanto a la agricultura como a la ganadería.
La trayectoria de Cabaña San Juan se remonta a más de cuatro décadas, cuando el padre de Juan Pedro inició el camino de la inseminación con el objetivo de producir toros para consumo propio. Con el tiempo, la genética de la cabaña trascendió las fronteras del establecimiento, llegando a remates y exposiciones en la Pampa y Mendoza. Si bien en un principio participaron activamente en estos eventos, la cabaña ha optado en los últimos años por un modelo de venta directa, de productor a productor, priorizando la relación de confianza y la adaptación de los animales a las necesidades de cada cliente.
Actualmente, la cabaña maneja un rodeo de aproximadamente 350 vacas puras controladas de la raza Aberdeen Angus, tanto negro como colorado. La selección del Aberdeen Angus no es azarosa; responde a la búsqueda de un reproductor moderado, rústico y sumamente adaptado a las condiciones de los campos pampeanos, caracterizados por su dureza. «La idea nuestra siempre fue dedicarse a un toro muy moderado para la zona nuestra, que son campos duros, y siempre a campo, así que es bastante», explicó Schiavetta. Esta adaptabilidad es clave para garantizar la eficiencia productiva de los animales en un entorno natural.
Manejo del rodeo y ciclos de parición
El manejo reproductivo en Cabaña San Juan se basa en la Inseminación a Término Fijo (IATF). Realizan tres inseminaciones que arrancan en julio y finalizan en octubre o noviembre, especialmente con las vaquillonas. Para las vacas que no quedan preñadas en las inseminaciones, se utiliza un toro puro de pedigrí, ya sea de la propia cabaña o adquirido, siempre buscando ejemplares muy moderados.
La presión de selección se ejerce principalmente en la etapa de baquillonas, alrededor de los 15 meses de edad. En ese momento, se realiza el descarte de aquellas terneras que no cumplen con el biotipo deseado: «Buscamos una opción profunda, que te dé costilla, que sea ancha entre paleta y paleta», detalló Juan Pedro. Además, se prioriza la línea materna, buscando terneras cuyas madres hayan quedado preñadas rápidamente, asegurando así la precocidad reproductiva en la futura hacienda. Las baquillonas comienzan a ser servidas entre los 15 y 18 meses. Aquellas que quedan secas reciben una segunda oportunidad debido a su temprana edad, pero si persisten sin preñar, son descartadas del rodeo puro.
La cabaña maneja dos períodos de parición. Al momento de la entrevista, algunas vacas ya se encontraban pariendo, y se esperaba el inicio de otro lote, incluyendo un gran número de vaquillonas, en los próximos 15 a 20 días.
Producción y venta de toros rústicos
El objetivo de Cabaña San Juan es liberar alrededor de 80 toros para la venta cada año. Sin embargo, la prioridad es la calidad y no la cantidad. «Tratamos de seleccionar los mejores, dejar el toro que se engorda más fácil, que esté más lindo, le buscamos que sea cepilludo, carnudo», afirmó Schiavetta. Estos toros alcanzan la edad de venta, aproximadamente los 20 meses a dos años, y ya están aptos para entrar en servicio.
La modalidad de venta predominante es la particular, directamente en el campo. Si bien en ocasiones llevan algunos toros a remates por pantalla o a eventos puntuales en Eduardo Castex, el 90% de las operaciones se realizan directamente en la cabaña. Juan Pedro enfatizó la importancia de que los clientes visiten el establecimiento, recorran las instalaciones y vean la hacienda en su ambiente natural antes de concretar la compra. «Nosotros siempre decimos que nos gusta que vengan, que recorran, que vean la hacienda nuestra, se la lleven y después hacemos el negocio, que nos conozcan. De alguna manera el negocio se hace», remarcó, demostrando la confianza en la calidad de sus reproductores. Para facilitar la adquisición, ofrecen cinco cuotas para la venta de toros con tarjetas y flete gratis.
La rusticidad es un pilar fundamental en la filosofía de la cabaña. Todos los animales, desde las vacas hasta los terneros y toros, se crían bajo un sistema pastoril. Este enfoque no solo asegura la adaptación de los animales a las condiciones de campo, sino que también garantiza su buen estado y salud, incluso en años climáticamente desafiantes. «Siempre está en buen estado. Busqué la vuelta que lo busqués, hay poco pasto, todo se mantiene», sostuvo Schiavetta, destacando la resiliencia de su biotipo. Si bien el fuerte es el Aberdeen Angus negro, la cabaña ha incorporado en los últimos años algunas vacas coloradas, ampliando así la oferta para satisfacer las preferencias de su diversa clientela. Estas agro entrevistas son clave para entender el día a día del productor.
Adaptación y el desafío de los años difíciles
Los últimos dos años han sido particularmente duros para el sector agropecuario, y Cabaña San Juan no fue la excepción. Juan Pedro recordó un diciembre y noviembre con una sequía «espantosa» que afectó la siembra de verdeos. Posteriormente, el exceso de lluvias generó problemas en los campos, con el agua muy arriba, a tres o cuatro metros de la superficie. A pesar de estas adversidades climáticas, el biotipo moderado y rústico de sus animales demostró una gran capacidad de adaptación, manteniéndose en buen estado.
La edad de destete en la cabaña oscila entre los seis y los ocho meses. Si las condiciones de pasto son buenas, las terneras se dejan un poco más al pie de la madre, mientras que los machos son destetados a los seis meses. Tras el destete, los terneros son trasladados a verdeos específicos como vicia o centeno. A medida que se desarrollan, se inicia el proceso de selección para identificar aquellos que mejor se ajustan al biotipo deseado para el próximo año.
La selección de reproductores no solo se enfoca en el aspecto físico y productivo. Cabaña San Juan también pone especial atención en los aplomos y el estado de los testículos en los toros, así como en la ausencia de problemas de pezuña. Todos los animales que llegan a los dos años cuentan con la sanidad completa y están aptos para el servicio, listos para ser incorporados a cualquier rodeo.
Los clientes de Cabaña San Juan provienen de diversas zonas, incluyendo La Adela, Hacha, Trenque Lauquen, Conhello y Rucanelo, lo que demuestra la amplia distribución de su genética en la región.
La pasión de ser cabañero
Al finalizar la entrevista, Juan Pedro reflexionó sobre lo que significa ser cabañero, una actividad que, según sus palabras, va más allá del negocio. «Nosotros, la verdad que esto para nosotros es una pasión tenerlo, porque si le buscamos la vuelta por el tema negocio, hoy un toro no sé si será negocio porque es preferible engordar un novillo, pero para eso es una pasión tenerlo», expresó con convicción. La satisfacción de ver nacer un ternero, verlo desarrollarse en el campo y observar cómo su genética se reproduce en otros rodeos es la verdadera recompensa para la familia Schiavetta.
Cabaña San Juan es el resultado de un trabajo de familia, encabezado actualmente por Juan Pedro y su hermano, pero también de un gran equipo. Juan Pedro quiso destacar el aporte invaluable de veterinarios, encargados, tractoristas y de todo el personal que día a día contribuye al éxito de la cabaña. La visión a futuro, pensando en lo que sucederá con la genética en los próximos tres años, es una constante en el trabajo de estos cabañeros pampeanos, quienes, con pasión y esfuerzo, continúan forjando la historia del Aberdeen Angus en la región.
📰 ¡Mirá la nota completa y compartila! 🎥
Deja una respuesta