Los campos anegados obligan a los productores a encerrar la hacienda en los feedlots; sin embargo, el negocio no cierra y hay números en rojo
Las lluvias, al principio, permitieron un buen año para la ganadería, pero, ahora, la cosa cambió. Las precipitaciones de julio y agosto dejaron campos anegados y los productores se ven obligados a llevar a la hacienda a los feedlots.
A esta realidad, se sumó que el encierre a corral no es un buen negocio. La Cámara Argentina de Feedlots (CAF) informó que se pierden más de $ 160.000 por cabeza. El costo financiero por la suba de tasas y las lluvias se convirtieron en un combo letal.
El desafío de la ganadería
Los excesos acumulados hicieron que el sector ganadero se replantee la estrategia. El informe de Rosgan destacó que en los campos mixtos -en especial los de la provincia de Buenos Aires, donde se realiza gran parte de la invernada pastoril -deberán readaptar sus sistemas. “Probablemente recurriendo al encierre para su terminación”, explicó el informe.
El feedlots aparece como la alternativa. Ante la pregunta de si este sistema está preparado para recibir más animales, los números reflejaron que sí. Hasta el momento, los encierres superaron los dos millones de animales y aún hay margen para mayores ingresos.
Esta capacidad ociosa se da ante un importante retiro de los animales. En parte por la cuestión estacional y que la capacidad de reposición no es alentadora. Por otra parte, porque el negocio no es rentable. El costo financiero producto de la suba de la tasa de interés complicó la ecuación.
El Gobierno recurrió a esta práctica para contener el dólar y llegar con una macroeconomía estable a octubre. Sin embargo, el impacto en la economía está. El presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, dijo a Agrofy News que después de las elecciones todo vuelve a la normalidad. Mientras tanto, el sector ganadero ve números en rojo.
“La velocidad de vaciado se encuentra mucho más influenciada por los recientes cambios en las condiciones de mercado”, señaló Rosgan al remarcar que, uno de los factores que más está alterando la ecuación de este tipo de operaciones es la fuerte suba de tasas.
“Hasta el mes pasado, el margen que dejaba una operación convencional de aproximadamente 130 días de engorde resultaba deficitario al incorporar el costo financiero”, apuntó el informe. La CAF calculó que con una tasa financiera del 30 % anual, la pérdida generada por esa operación rondaba los $65.000 por cabeza.
Ahora la tasa supera el 50 % y ese costo financiero incrementaría la pérdida estimada a más de $160.000 por cabeza. “Representa cerca del 14 % del costo total de la operación. En definitiva, bajo estos parámetros, el negocio se vuelve prácticamente insostenible”, apuntó Rosgan.
La ganadería se encuentra entre la espada y la pared. Debe recurrir al encierre para finalizar los animales por las lluvias, pero los números están en rojos. El sector debe de hacerse de estrategias para llegar a la normalidad que prometió el Gobierno después de las elecciones.

Fuente: https://news.agrofy.com.ar/
La ganadería enfrenta un escenario crítico entre lluvias y costos financieros
Las intensas precipitaciones en Buenos Aires y otras zonas productivas forzaron el traslado de la hacienda a los corrales. Sin embargo, el encierre no logra revertir la ecuación: los márgenes resultan cada vez más negativos y la actividad enfrenta una encrucijada.
La combinación de factores climáticos y financieros expone la fragilidad del sistema ganadero. Mientras los feedlots muestran capacidad para recibir más animales, la rentabilidad sigue en caída. Productores y analistas coinciden en que será necesario rediseñar estrategias para atravesar este contexto.
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