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Luego que el último censo de 2008 quedará incompleto por falta de datos, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) oficializó el martes pasado el nuevo relevamiento que se llevará a cabo el año próximo.
En noviembre se hará una prueba piloto. En esencia el registro oficial sobre el sector agropecuario data de 2002. Los números finales que se conocerán a fines de 2018 permitirán saber en cuantas manos está el negocio agrícola y la cantidad de productores de pequeña y mediana escala.
El proyecto para la realización del Censo Nacional Agropecuario (CNA) fue presentando el martes ante la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Senado de la Nación. En el encuentro, el director del Instituto, Jorge Todesca, destacó que «no solo será un hito en cuanto a la obtención de información, sino que va a ser la base indispensable para garantizar el flujo de informes de coyuntura de las estadísticas agropecuarias, que hoy no tenemos».
Además, subrayó la importancia de contar con el compromiso de múltiples sectores, entre ellos las entidades que nuclean a los productores, y las oficinas regionales que trabajarán para cubrir toda la geografía. Esto es un punto muy importante dado que hace nueve años, el censo que se hizo en medio del conflicto con el campo desnudo las diferencias.
Los técnicos del Indec habían denunciado la falta de respuesta por parte de los chacareros, pero era obvio. No había ánimo en el productor tras las constantes peleas con el anterior gobierno.
Los pocos datos de 2008 arrojaron que las explotaciones agropecuarias (EAP) en ese momento ascendían a 276.581 mientras que en 2002 fue de 333.533. Los números muestra a las claras una caída del 17% y más aún si se lo compara con 1988, donde la pérdida es del 34 por ciento.
En ese punto se puede adelantar que nuevamente las EAP volverán a descender. Las reiterados cambios en la política para con el sector al que hay que sumarle la variabilidad climática, son los motivos que avizoran una retroceso. Sólo como ejemplo basta saber que en lo que va del año cerraron 1.000 tambos.
Respecto de las superficies de las explotaciones en las tres veces que se realizó el censo, se observan bajas. Esta pasó de 177.437.397 millones de hectáreas a las 155.808.564 millones informadas en 2008.
En ese sentido ya el economista e investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios de la UBA, Diego Fernández destacó en un trabajo sobre los cambios que tuvo la tierra tras el crecimiento de la sojización sobre la ganadería. «La fusión de superficies para la formación de las nuevas mega unidades no tiene por base esencial la obtención en propiedad del suelo, sino su arrendamiento», alertó.
Por lo pronto y según un comunicado del Indec, en el censo se relevarán la cantidad y superficie de las explotaciones agropecuarias, las formas de tenencia de la tierra, el uso del suelo, la superficie con cultivos, la producción agrícola, la población residente y el empleo permanente y transitorio, entre otros datos. No se recolectarán datos económicos.
En definitiva los datos a salir, tendrían que ser la base de las futuras políticas hacia el sector. Estará en la capacidad de los gobiernos por venir, de entender donde deben estar destinados los planes que potencien la actividad agroindustrial para ir dejando en menor medida la agroexportación.
