Un repaso por los altibajos registrados en el precio del kilo vivo de novillo en la Argentina en los últimos años. Las perspectivas de los ganaderos son favorables y hay buenas señales fronteras afuera, pero la tasa de destete y el peso promedio de faena se encuentran en niveles bajos. Por Miguel Gorelik.
Miguel Gorelik.
El precio real (deflacionado) del novillo en el Mercado de Cañuelas, muy representativo de toda la ganadería nacional, hizo un pico aislado en diciembre de 2023, en medio de una gran incertidumbre con el cambio de gobierno y variables económicas desbocadas, equivalente a $4.000 de hoy por kilo.
Luego tuvo un gran retroceso a causa de una inflación que, si bien comenzó a bajar rápidamente, seguía siendo muy alta. Además, había un consumo debilitado, precios externos muy bajos y un tipo de cambio que estaba retrasado en comparación con promedios de larga data.
Llegó a un valle de $2.300-$2.400 en la primavera pasada y desde ahí fue remontando hasta los actuales $3.000 en los que se mantiene desde febrero (ver gráfico). Este nivel es 10% mayor que el promedio de 15-20 años, en los que hubo de todo.

Si bien en los últimos tres años el stock ha disminuido en alguna medida, la caída es leve y no se deben olvidar los tres años de sequía que hubo en la zona central. Es decir, la disminución del rodeo no ha sido resultado de decisiones de los ganaderos por reducir el negocio.
Al contrario, en este contexto se nota un gran entusiasmo en la actividad. Fue necesaria una gran inversión para evitar que las existencias cayeran más frente al problema climático.
La ganadería argentina hoy
Las perspectivas son favorables y esta es una creencia generalizada entre los productores. Una economía saneada en la que no se siga discriminando negativamente a la actividad agropecuaria en general provoca entusiasmo. No llegamos a esa situación aún, pero muchos creen que nos estamos encaminando.
Las señales de los mercados externos también son favorables en los últimos meses. Después de un par de años de precios muy bajos, la mayoría de los mercados ha estado reaccionando y el precio FOB de julio, conocido esta semana, ponderado para los cinco principales de productos/destino, resultó 34% mayor en un año. Falta para alcanzar los niveles brillantes de 2022, pero esta mejora le quita presión al tipo de cambio.
Brasil y Australia no paran de batir récords con sus exportaciones y un mercado como el de EE.UU., el más importante del mundo, está con precios históricamente altos y sin miras de que se inicie la fase de crecimiento del stock. La guerra arancelaria iniciada por este país no es buena noticia, pero hasta ahora el mercado de la carne la aguanta.
La ganadería argentina tiene algunos desafíos por delante para poder dar un salto cuantitativo y volver a ser una potencia más relevante que hoy, aunque estamos en el quinto lugar entre los exportadores, luego de haber pasado “por el desierto” entre 2010 y 2015.
En primer lugar, la tasa de destete es muy baja en comparación con otras ganaderías más desarrolladas, inclusive de otras no tanto. Ha habido una mejora en los últimos años, pero fue mínima en relación con objetivos razonables.
En segundo lugar, el peso promedio de la faena es muy bajo. Con unos 230 kg de carne por cabeza, estamos 20-30 kilos por debajo de Uruguay o de Brasil, 70 menos que Australia y la friolera de 150 kilos por debajo de los Estados Unidos.
Sin modificar el stock, podríamos estar produciendo 20% más que las poco más de 3 millones de toneladas anuales, que se mantienen estables desde hace más de 50 años.
Además, eso significaría recomponer las categorías de novillos y de novillitos. Desde la superliquidación de 2008-2009, mientras el número de vacas casi se ha recuperado por completo e inclusive el número de terneros es algo mayor, los novillos son la mitad de aquel momento y los novillitos, las tres cuartas partes. Es decir, se faena una gran cantidad de animales jóvenes y livianos. Esto vendrá de la mano del mercado, pero hay que estar preparados para seguirlo.
La creciente incorporación de nuevas tecnologías en todos los frentes de la ganadería es otra demostración del entusiasmo que existe: desde la genética, la alimentación, la sanidad y el manejo, hay cambios palpables.
Otro desafío es lograr segmentos de altos precios como los que dominan Estados Unidos y Australia. La Argentina lo consigue, en alguna medida, en Europa, pero se trata de un mercado maduro que no va a crecer, sino al contrario. Por todo esto, son tiempos muy desafiantes para actuar en el sector.
Por Miguel Gorelik, Director de Valor Carne
Artículo publicado originalmente en el Diario Río Negro.
Fuente: https://www.valorcarne.com.ar/
Desafíos y oportunidades para una ganadería más eficiente y competitiva
El mercado ganadero argentino muestra señales de recuperación tras años de altibajos, impulsado por un contexto internacional más favorable y una economía interna que busca estabilidad. Sin embargo, alcanzar un crecimiento sostenido requiere mejorar la productividad, la eficiencia y la competitividad de toda la cadena de valor.
La adopción tecnológica y el manejo inteligente de los recursos se perfilan como claves para elevar el peso de faena y la tasa de destete, dos indicadores aún rezagados. En este escenario, la articulación entre productores, industria y políticas públicas será esencial para consolidar una ganadería moderna, rentable y sustentable.
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