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El 3 de junio llegaron en un vuelo especial desde Israel casi un centenar de religiosos judíos que se harán cargo de las faenas de acuerdo al rito kosher en seis plantas argentinas. La producción será para exportar la carne a ese país.
Esta semana, informamos de un operativo especial ocurrido en Paraguay. En Brasil y en Uruguay existen las mismas gestiones.
En principio, los recién llegados deberán hacer un aislamiento de 14 días antes de ponerse a trabajar. Pero existen expectativas de que esos plazos se acorten ya que todos han venido munidos de certificados de libres de covid-19, decisión que ahora depende de las autoridades locales donde trabajarán.
Las plantas que empezarán con esa faena son: La Anónima (Salto, BA), Friar (Nelson y Reconquista, ambas en SF), Swift (Venado Tuerto, SF) que así reiniciará actividades, Black Bamboo (Hughes, SF) y Marfrig (Villa Mercedes, SL).
Desde hace un mes, otras cinco plantas venían trabajando con esa certificación, utilizando a los únicos matarifes argentinos habilitados por Israel, que estaban trabajando en Azul, Gorina, Ecocarnes, CIABER y Federal, todas en la provincia de Buenos Aires.
Otras dos plantas están ultimando detalles para recibir a sendos equipos. Son las de Carnes Pampeanas (LP) y Alberdi (ER).
El inicio de los trabajos implicará una mayor compra de novillos por parte de las plantas involucradas. En general, los contratos con los importadores israelíes implican unas 300 toneladas de cortes deshuesados del delantero por planta y por mes.
En la campaña previa a las últimas Pascuas, Israel llevó un promedio de 2.500 t por mes. Esto representa la necesidad de unos 40 mil animales mensuales, principalmente novillos pesados, aunque se utiliza también un porcentaje menor de vacas.
