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Invirtieron casi un millón de dólares en su planta de forrajeras


Empezaron con un local de insumos en Pergamino, se especializaron en forrajeras y hoy tienen un mix comercial 70% mercado local y 30% exportación, llegando incluso a Norteamérica, Europa y China. Ahora, con el nuevo desembolso, ampliaron 20 % su capacidad de procesamiento. “La Argentina tiene know-how para competir con sus semillas en el mundo”,…


Hace casi 36 años, el M.V. Martín Biscayart junto a su hermano Guillermo, Lic. en Adm. Agr., ambos con menos de 30 años, decidieron crear un emprendimiento para proveer productos y servicios a los ganaderos de la zona de Pergamino. Hoy Biscayart Semillas es un criadero líder especializado en genética, producción y distribución de semillas forrajeras y para cultivos de servicio, sorgos y céspedes, de la mano de una continua inversión en conocimiento e infraestructura. En tal sentido, en este 2021 están a punto de finalizar la ampliación de su planta industrial para incrementar un 20% la capacidad de procesamiento, lo que requirió la inyección de casi un millón de dólares. Una historia de emprendedores que muestra cómo una empresa de capitales nacionales pudo posicionarse en el país y en el mundo en un mercado de gran competencia de firmas internacionales.

“Nacimos en un lugar muy pequeño, alquilado, en el centro de Pergamino. Arrancamos vendiendo semillas, fundamentalmente cebadilla y trébol blanco, además de agroquímicos y productos veterinarios. Ya en esa época Guillermo era un apasionado por las forrajeras y fue, sin dudas, el alma mater de la empresa”, recordó Martín Biscayart en diálogo con Valor Carne. Con el tiempo, los jóvenes invirtieron en un terreno de una hectárea y media, en las afueras, donde hoy está la planta industrial y se definieron como firma productora, procesada y comercializadora de semillas forrajeras. “Comenzamos a desarrollar la genética mediante un programa de mejoramiento propio y a través de convenios con el INTA y Universidades, e incursionamos en el comercio exterior”, aseveró.

Para Biscayart, la inversión es un desafío para las empresas familiares de cualquier rubro. “Sin embargo, en nuestro caso, es además una cuestión estratégica a raíz de la gran competencia de compañías internacionales que hay en el mercado de la semilla forrajera”, resaltó.

Con esta visión, sumada a un plan de diversificación de productos y destinos, hoy Biscayart Semillas tiene un 12-13% del mercado argentino de forrajeras y la exportación ocupa un lugar importante en la facturación. “Ha ido variando con los vaivenes macroeconómicos del país y la dinámica de la oferta y demanda internacional, aunque siempre ronda del 20 al 30% del total, mientras un 70% surge de las ventas domésticas”, apuntó.

Inversión millonaria 

La planta de tratamiento de semillas de Byscayart en Pergamino.

Un paso importante fue la construcción de la planta de Pergamino, que fue diagramada especialmente para el procesamiento de semillas forrajeras. “El tratamiento es muy distinto al de los cereales. Son semillas muy chicas, por lo que la tarea es más delicada y se hace a una velocidad mucho menor. Hay una serie de pasadas con diversas máquinas, que deben ser muy eficientes para cuidar la calidad de la semilla y su poder germinativo, de modo de obtener los mejores logros en su implantación. Es un proceso casi artesanal”, planteó.

Con el crecimiento de la ventas de las últimas campañas, la empresa debió tercerizar un 30% del tratamiento de las semillas que comercializan.”Por eso, necesitábamos aumentar y mejorar la capacidad de procesamiento y almacenaje con infraestructura de punta que optimice la gestión”, indicó el empresario, refiriéndose a la inversión de casi un millón de dólares, realizada con capital propio y financiamiento bancario. “La idea es seguir procesando en forma externa sólo con algunos socios estratégicos de otras zonas del país, por ejemplo en el centro y sur de la provincia de Buenos Aires, porque eso facilita la logística y distribución”, aclaró.

La obra incluyó nuevos depósitos, galpones y cámaras de frío, además de la instalación de un circuito de pre-limpieza, que facilita el posterior tratamiento de casi todas las semillas que ingresan a la planta, sobre todo en tiempo y aseguramiento de la calidad, así como una sustancial mejora en las condiciones de trabajo de los operarios. En tal sentido, se incorporan descargas hidráulicas y tecnologías 4.0 con sistematización de circuitos mediante PLC (Program Logic Control), palletizadora automática y termocuplas en silos para controlar la temperatura de la semilla dentro de los mismos, con facilidad de lectura desde cualquier computadora con conexión a internet.

“Con esta inversión esperamos mejorar la capacidad de procesamiento, por lo menos en un 20%, de 5 millones a 6 millones de kilos por campaña, atento al cuidado del medioambiente. En forrajeras es mucho”, subrayó Biscayart, destacando que la construcción comenzó en 2020, plena pandemia, y está a punto de finalizar en este mes de abril, según lo previsto.

Diversificación

El plan de inversiones incluyó asimismo una secadora para sorgo, rubro en el que el semillero está a avanzando a paso firme. “Venimos trabajando desde hace muchos años en cultivares forrajeros y tenemos un lugar relevante en el mercado. Ahora, buscamos mejorar nuestra oferta en graníferos, que no dejan de estar dentro de las alternativas de forraje, porque se aprovechan como silaje o grano húmedo”, sostuvo, aludiendo al fuerte compromiso de Biscayart Semillas con la ganadería vacuna.

El empresario opina que lo disruptivo en el negocio de las forrajeras ha sido la incorporación de los cultivos de servicio, que cumplen una función multifacética. “Han mejorado el desempeño de la producción de granos, protegiendo los suelos, y en muchos casos, por lo menos en esta zona, en un 30%, se usan con doble propósito, o sea también en la alimentación del ganado”, contó. En tal sentido, para el semillero, con la demanda para cubrir esas superficies, resultan como un nuevo mercado. “Venimos creciendo con diversas especias, incluso estamos desarrollando una Vicia villosa, que no llegamos a lanzar este año, pero el que viene seguro”, anticipó.

Otra línea que incorporaron en los últimos años y que complementa el negocio de las forrajeras, es la producción de semillas de céspedes. “Nuestros clientes son centros deportivos, clubes de fútbol y áreas de parquización. Hemos incursionado en el rubro hace unos 4-5 años y estamos creciendo”, afirmó.

El mix comercial

Desde sus etapas iniciales, el semillero embarca una diversidad de especies a distintos países, sobre todo raigrás, sorgo, festuca y un poco de trébol blanco. “Hace cinco años fuimos pioneros en la exportación de raigrás anual y agropiro a China desde la Argentina, especies que hoy seguimos enviando eventualmente”, destacó.

Así las cosas, la lista de destinos internacionales es cada vez más amplia.  “En Latinoamérica, vendemos a Brasil, Uruguay, Chile y algo a Colombia y Perú, donde tenemos posibilidades de crecer. Estamos en Sudáfrica hace muchos años y ahora entramos en Marruecos y la parte norte de África. Ganaderías desarrolladas como EE.UU. y Canadá, son muy importante para nosotros. También llegamos a Europa, principalmente con varias especies de gramíneas y ocasionalmente con algunas leguminosas”, pormenorizó.

¿Cómo atravesaron las vicisitudes de la ganadería argentina? “Hemos tenido años complicados, como cuando hubo cupos y ROEs para las carnes, con fuerte caída del stock nacional, pero por supuesto nuestra sinergia entre mercado interno y externo siempre contribuyó a equilibrar el negocio”, afirmó. Además, explicó que la capacidad de exportar forrajeras, no solo se ve afectada por cuestiones macroeconómicas, sino por la disponibilidad de materiales. “Cuando no hay una buena cosecha a nivel local, las ventas externas se ven disminuidas, y si hay sobreproducción en otros países, y la competencia es más dura, eso se refleja en los precios y también acota los embarques. El mercado de semillas forrajeras es muy transparente”, señaló.

El empresario considera que la Argentina está muy bien vista como productora de semillas forrajeras. “Cuenta con una red púbico-privada de investigadores de excelencia en desarrollo de variedades y con ventajas en áreas de producción, en algunas zonas y especies, y en lo que hace al know-how de los criaderos. Estamos en condiciones de competencia con los mejores mercados internacionales, creo que tenemos un rol importante como abastecedores de forrajeras en el mundo, lo cual respalda y agrega valor a la ganadería”, finalizó Biscayart.

Por: Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne

Fuente: www.valorcarne.com.ar

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