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A nivel mundial, la soja viene arrastrando récord tras récord en cada campaña, en materia de producción y stocks; y Argentina, tercera productora mundial de la oleaginosa, no escapa a esa tendencia.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), este año finalizará con un inventario de 16 millones de toneladas de soja, lo que marcará un máximo histórico, lo mismo que ya está sucediendo en las otras naciones productoras: Estados Unidos y Brasil.
«En el marco de un balance holgado a nivel global, en el caso particular de Argentina la oferta no encuentra condiciones de venta atractivas para vender, y la demanda ve limitada su posibilidad de mejora debido a los márgenes más ajustados con los que está trabajando», señala un artículo elaborado por las economistas Patricia Bergero y Emilce Terré, de la BCR.
Números
En total, la entidad rosarina calcula que la cosecha de soja 2016/17 fue de 57,3 millones de toneladas, a las que hay que sumar un stock de la campaña anterior de 11,1 millones e importaciones temporarias por 1,8 millones.
Esto significa una oferta total de 70,2 millones de toneladas, 2,4 millones más que el año precedente y el segundo mayor registro de la historia, por detrás de los 72,1 Mt del ciclo 2014/15.
Pero esta mayor oferta no estaría acompañado de una demanda en alza, sino lo contrario: aunque se espera mayor utilización para semilla y extrusado, el procesamiento para elaboración de harinas y aceites caería; así, en total, la absorción interna llegaría a 47,1 millones de toneladas, 500 mil por debajo de la campaña 2015/16-
A esto se suma que «las exportaciones de poroto, en vista que el margen bruto para la actividad se ha mantenido en terreno negativo en gran parte de lo que va de la campaña, pasarían de nueve millones de toneladas el año pasado a 7,2 millones», agrega el informe.
Así, del lado de la demanda, entre el consumo doméstico y la exportación como poroto, se utilizaría un total de 54,3 millones, unos dos millones menos que en la campaña anterior.
Por eso, el saldo final serían 15,9 millones de toneladas, 43 por ciento más que hace un año y máximo histórico para Argentina.
¿Y los precios?
En este contexto, una pregunta que surge es qué puede suceder con los precios. Mientras el panorama descripto no da indicios de una suba a nivel doméstico, el empuje puede venir desde el exterior, de acuerdo a otros dos reportes emitidos también desde Rosario.
Por un lado, el newsletter semanal del Centro de Gestión Agropecuaria (CGA) de la Fundación Libertad indica que hay dos factores que están sosteniendo los precios en el mercado de Chicago.
El primero: los primeros datos de la trilla 2017/18 de Estados Unidos que indican rindes por debajo de lo esperado. El segundo: el clima seco que está afectando a regiones productores de Brasil, demorando la siembra de la oleaginosa. Además, la demanda, fundamentalmente China, sigue muy activa.
Para el analista Salvador Di Stéfano, la clave está en observar que, pese a las noticias de súper producción de soja en todo el mundo, no ha bajado.
«Los futuros están muy atractivos: la soja futuro julio 2018 que está a 270 dólares, y el dólar a ese mes a 20,80 pesos; nos da un valor de 5.616 pesos la tonelada, un precio muy bueno, que hay que capturar», señaló Di Stéfano en un artículo publicado en su página web.
Para el director de Agroeducación, «la soja seguirá subiendo; sin embargo, no hay que dejar de capturar buenos precios, cuando por ejemplo vendiendo a futuro podés cerrar la inversión en insumos».
